16.11.10


y aunque nada fue como esperaba,
y a pesar de que su vida estuviese destrozada,
aun así, nadie le quitó esa sonrisa de su marchita cara.
porque, por imposible que parezca, sonreír valía la pena.

3 comentarios:

P. dijo...

justo eso pense yo cuando me lo contó. un huerto de calabazas es un lugar tan genial (:

Mayra dijo...

Vale la pena.

Anónimo dijo...

jajaj, gracias (L)
Y nunca mejor dicho, sonreír vale la pena :)