9.7.10

nunca estuvimos destinados a crecer

En ocasiones, conocemos a alguien, que por muy extraño que parezca, no quiere crecer. 
No quiere pensar en un futuro, no se deja llevar por el pasado
y siente lo mismo que siente un niño de siete años. 
Perdona y olvida fácilmente, el rencor no existe, el odio tampoco.
Todo es bonito, y se conforma con poco.
Es encantador, ¿verdad?  no tener tiempo para pensar en las consecuencias.
No tener que fingir. Que te falte tiempo para reír, soñar, jugar, ilusionarte con nada. 
Que cuando hables de dolor, no sea porque te hayan partido el corazón.
Que lo imposible no exista, que tengas tu mundo, en el que solo tú eliges quien está en lista.
Tener tiempo para aburrirte, y hacer lo que siempre has querido.
Que esté prohibido mentir.
Prohibido no reír,
y que nada, absolutamente nada, sea imprescindible.
Porque, por muy extraño que parezca, algunas personas no estamos destinadas a crecer.

2 comentarios:

Little L dijo...

Pues si es así que esa persona siga con la misma inocencia de los 7 años porque hay cosas que es mejor no conocer nunca.

I dijo...

y que lo digas...