1.11.10

evasión

Allí estaba, encogida en la última esquina de la habitación, temblando.
Con los ojos hinchados de tanto llorar y el rímel corrido hasta las mejillas. 
Con la piel más pálida de lo habitual, la mirada perdida,
atrapada en lo inexpresivo. 
Entonces comprendí que hay veces que no te recuperas nunca. 
Que no vuelves a ser la misma.
Que al fin y al cabo terminas ahogándote en tus propias culpas,
en tus propias mentiras.
Porque, quieras o no, los arrepentimientos siempre acaban contigo.

2 comentarios:

Ines dijo...

'Que no vuelves a ser la misma' Bonito texto y buea reflexión..
http://conceptoseroestar.blogspot.com/

Little L dijo...

No hay nada peor que el arrepentimiento, ya sea por aquello que hicimos como por lo que dejamos de hacer.

:)