23.11.11

capítulo 1

Bournemouth, 6 AM.
Se dirige Gabriela taciturna y alicaída al portal de su casa, mientras con movimientos torpes y perdiendo el escaso equilibrio que posee, busca unas llaves.
Al cabo de unos minutos aparentemente eternos, las encuentra y con sumo cuidado abre la entrada, y enciende el interruptor. No hay luz. -Vaya, perfecto - pensó.


En la oscuridad busca a tientas el suave tacto de las paredes acolchadas, pero en el intento se tropieza y hace un amago de caerse. Sin embargo ya está acostumbrada, la coordinación no es su fuerte, y menos con tres copas de más.


Sin saber cómo, encuentra el ascensor, destino tercer piso. Tercer. Tres. Todo le recuerda a él.
Sigilosamente (o eso cree) abre la puerta, se quita los tacones y de puntillas corre a su habitación.
Y una vez allí, rompe a llorar.

3 comentarios:

Babú dijo...

es precioso y a la vez tan triste...
no quiero ni imaginarme quien es el (capullo) que le ha hecho eso.

Bournemouth me encanta, estuve allí ese verano y me lo pasé genial :)

Mayra dijo...

decir que me encanta es poco -me recuerda a mí
la ciudad la has elegido por algo en particular?

Carlos dijo...

Quién ha hecho que llore esta pobre chica y se emborrache? quiero saberlo
Estaré atento para conseguir respuestas
Un beso